El Ferry Esperanza de la empresa Navimag ofrece la oportunidad de explorar los impresionantes fiordos de la Patagonia chilena desde Puerto Montt hasta Puerto Natales (o viceversa) durante un viaje de tres días y cuatro noches aproximadamente, dependiendo de las condiciones climáticas. El viaje transcurre por diversos paisajes e icónicos lugares como la Isla Grande de Chiloé, el Golfo del Corcovado, Las Guaitecas, Puerto Edén, y el movido Golfo de Penas. Durante febrero de 2023 tuvimos la oportunidad de embarcarnos en esta aventura y experimentar de primera mano la accesibilidad que se ofrece para los pasajeros con movilidad reducida.
Desde el momento del abordaje en Puerto Montt, quedó claro que Navimag se toma muy en serio la accesibilidad. Se coordinaron previamente los detalles con los ejecutivos de la empresa para facilitar el proceso de embarque, lo que hizo que todo transcurriera de manera fluida, pudiendo llegar en nuestro auto al mismo puerto de embarque (el resto de pasajeros se transportan en una van desde un punto determinado). A través de una gran rampa de acero en la popa del barco, utilizada para la carga de camiones, pudimos subir a bordo sin mayores problemas. Luego, accedimos al deck principal a través de un ascensor montacargas.
Una vez a bordo, nos sorprendió gratamente la accesibilidad que se ofrecía en todo el ferry, a excepción de unos pequeños desniveles estructurales en las puertas de acceso a las cabinas y al comedor, naturales de toda embarcación para el cierre hermético de puertas. Sin embargo, este pequeño obstáculo parece manejable por cualquier silla de ruedas. El barco cuenta con una cabina accesible especialmente diseñada para satisfacer las necesidades de los pasajeros con movilidad reducida. La cabina es amplia y dispone de un doble casillero para guardar ropa y pertenencias, un camarote con la opción de levantar la cama superior, y un baño adaptado bastante grande con ducha «roll-in» y su respectivo banquillo. Aunque algunos aspectos podrían mejorarse, como la altura del inodoro y su barra fija, además del diseño del lavamanos, pero a grandes rasgos no fueron problema, era todo a nuestro juicio manejable.
Los espacios comunes del ferry también son accesibles, incluyendo el amplio comedor, los pasillos y los diversos decks, donde los pasajeros pueden disfrutar de las impresionantes vistas panorámicas de los fiordos patagónicos. El barco cuenta con un gran deck principal, otro deck en el segundo piso al que se accede mediante un ascensor, y un mirador panorámico cerrado en el sector de la cafetería, ideal para los días de lluvia. Los únicos espacios no accesibles son el centro de mando del capitán y un deck en el tercer piso, los cuales no poder visitarlos no afectó para nada nuestra experiencia.
El comedor es el lugar donde se pasa la mayor parte del tiempo durante el viaje junto a muchos turistas y camioneros, especialmente cuando el clima no es favorable. Cuenta con amplios ventanales que permiten disfrutar de los paisajes, y mesas a diferentes alturas para facilitar la aproximación de sillas de ruedas de distintos tamaños. El comedor ofrece servicio de tipo autoservicio con una variedad de platos muy sabrosos, y el personal de la tripulación siempre está dispuesto a ayudar con las bandejas en caso de ser necesario, sobre todo en el Golfo de Penas!.
Durante la travesía, tuvimos el privilegio de presenciar la rica flora y fauna de la Patagonia chilena. Avistar diferentes especies de ballenas, delfines y diversas aves marinas fue una experiencia emocionante que enriqueció nuestro viaje. Los espacios abiertos en los decks del ferry ofrecen una vista panorámica perfecta para admirar y fotografiar estos magníficos encuentros con la naturaleza.
El viaje termina en Puerto Natales, ciudad que nos sorprendió gratamente por el estado de sus veredas y amplios rebajes para sillas de ruedas. La costanera está remodelada con amplias veredas y zonas de libre circulación, sin obstáculos. Recomendamos recorrer el casco histórico y comer en algún restaurante, ya que hay muchas opciones. Desde el barco se puede bajar a pie, ya que el centro está muy cerca del puerto y todo debidamente conectado.
Además de la accesibilidad y las vistas impresionantes, queremos destacar la amabilidad de la tripulación de Navimag. Estuvieron siempre dispuestos a resolver cualquier problema o inquietud, brindando un servicio ejemplar que contribuyó en gran medida a una experiencia inolvidable.
En resumen, el viaje en el Ferry Esperanza de Navimag a través de los fiordos de la Patagonia chilena es una experiencia altamente recomendada para aquellos que buscan una aventura accesible e inclusiva. Desde la accesibilidad en el abordaje hasta las cabinas adaptadas, los espacios comunes y la atención de la tripulación, cada aspecto del viaje está diseñado para asegurar la comodidad y satisfacción de todos los pasajeros. No solo se disfruta de los impresionantes paisajes y la diversa flora y fauna, sino que se vive una experiencia verdaderamente inclusiva en medio de la majestuosidad de la Patagonia… Un viaje 100% recomendado!
