En 1. persona…Mi supermercado ideal…
Como mujer, mamá y esposa con discapacidad física, quiero y deseo hacer lo que comúnmente hacen todas las mujeres, como por ejemplo ir al Supermercado! Cuando para hacerlo dependemos de una silla de ruedas, ir al Supermercado no es tan fácil y cómodo como se quisiera…
En mi condición de discapacidad, con lo primero que me encuentro es el problema recurrente de “el estacionamiento para personas con discapacidad”. Normalmente debo hacer grandes esfuerzos y “malabares” para bajar de un automóvil ya que la mayoría de ellos no tienen el ancho adecuado. Pocos entienden que se necesita espacio para bajar y subir en silla de ruedas al auto y que la puerta de éste debe quedar totalmente abierta para poder hacerlo… Mal demarcados y señalizados, colocan un letrero que diga “minusválidos” (tampoco se usa) y con eso piensan que está todo bien.
Necesitamos estacionamientos accesibles, que estén bajo las normas y que sean utilizado estrictamente por personas con discapacidad con la credencial respectiva, de acuerdo a la Ley actual. Sería tan simple si fueran del ancho que indica la norma y estuvieran bien demarcados y pintados. La señalización es importante, especialmente ayuda que diga “Con credencial del Registro Nacional de la Discapacidad”. Cuando los estacionamientos cumplen con la norma es más fácil evitar el uso incorrecto y que cualquier persona los ocupe.
Al entrar a un supermercado siempre busco un carro de compras para personas en silla de ruedas. Muy pocos locales tienen este servicio. Cuando no existen, busco un canastillo y no sé porque motivo ya casi no existen! Tampoco es lo ideal ya que tendría que llevar sólo lo que cabe en él y nada más… La mayoría de las veces tomo un carro tradicional (nada fácil de guiar para mi), mi esposo empuja mi silla de ruedas y yo guío el carro como pueda… imagínense un trencito… así nos debemos ver en esta situación…!!
En cuanto a la compra de la mercadería no puedo objetar nada, ya que todo está a la mano y lo que no alcance a sacar, lo sacará amablemente otra persona por mí…
Suelo utilizar una “Caja Preferencial”, todo bien… sólo dos detalles. Siempre me encuentro con el terminal “Transbank” inaccesible!!, muy alto para mí! No logro pasar la tarjeta ni marcar mi clave secreta!… es una lata tener que dejar que lo haga otra persona por mí! Quiero hacer las cosas por mí misma… y es “tan fácil” solucionarlo!… sólo habría que bajar la máquina y listo!. También la caja preferencial debería ser un poco más ancha para poder pasar con comodidad en silla de ruedas, yo siempre paso al justo por ese pequeño pasillo…
También me he encontrado con mesones de “Atención al Cliente” muy altos, y cuando quieres ser atendida en silla de ruedas, nadie se entera que estás al otro lado del mesón!… Escasamente logro ver los ojos de la persona que me atiende, apenas los escucho, no veo lo que hace en la pantalla. Cuando me tocó renovar la tarjeta del supermercado, me tuvieron que pasar un libro para poner sobre las piernas y firmar, cuando tuve que colocar mi huella digital el joven que me atendió casi me sacó el brazo para colocar mi dedo en la máquina, todo demasiado alto para una persona que, además de andar en silla de ruedas, tiene poca fuerza para levantar el brazo. Todo hecho para personas de pie… no para atender las necesidades de “todos” los clientes.
En alturas de instalación fallan también los lectores de precios… imposibles de alcanzar.
Todos requerimos ocasionalmente de un baño, a veces también en el supermercado!… pues bien el “Baño Accesible” no está exento de problemas… el baño está… pero normalmente no cumplen condiciones de accesibilidad, a veces ni se puede entrar con la silla ni menos con un acompañante… ¿cuál es la idea de ofrecer ese servicio si no tiene las medidas mínimas que se requieren para poder hacer uso de él? En mi caso particular necesito asistencia de mi esposo, si el baño no tiene acceso independiente nos complica bastante entrar a un baño que a su vez está dentro del baño de mujeres…
Los accesos siempre son importantes, sean en superficie o subterráneos. No siempre cuentas con un ascensor, muchas veces me ha tocado subir grandes rampas, por donde va la gente con sus carros llenos que apenas pueden maniobrar y me imagino lo fácil que ocurra un accidente. Uno siente que va subiendo o bajando una gran montaña.
Sería lindo que dueños y administradores de los supermercados lograran entender la importancia que tiene cada rincón de sus locales para las personas con algún tipo de discapacidad, sobre todo para las personas que se desplazan en silla de ruedas, también somos clientes!… siempre buscaremos y optaremos por lugares que nos entreguen accesibilidad, seguridad y confianza…
Kattia – @MelipillaAxeSOS