Talleres prácticos de Accesibilidad | Vivirlo para entender
Una de las actividades más enriquecedoras que nos toca realizar y participar son los talleres prácticos de Accesibilidad Universal, en los cuales se le proporciona a los asistentes implementos como muletas, orejeras, tapones auditivos, sillas de ruedas, bastones, antifaces, anteojos para baja visión, etc. Todos aquellos elementos que les permiten simular y ponerse en el lugar de personas con diferentes capacidades físicas y sensoriales.
Se escoge un itinerario, y ya equipados con los elementos señalados, se desarrolla una ruta a través de veredas, rebajes en cruces peatonales, guías táctiles, uso de mobiliario urbano, tipos de pavimentos, etc. Resulta interesante comprobar las reacciones entre los transeúntes que circulan mintras se desarrolla el taller, las que no siempre son positivas y responden a lo que llamamos «barreras actitudinales».
Igual experiencia se realiza en el interior de edificios, para percibir en la práctica la interacción del usuario con discapacidad. Se prueban rampas de acceso, baños, mesones de atención, ascensores, escaleras, mobiliario, circulaciones verticales y horizontales, etc. La sorpresa siempre es enorme cuando se descubre que la puerta es demasiado angosta para uno.
Es sorprendente el efecto que esta experiencia tiene en los participantes, ya que los sitúa en un contexto imposible de imaginar en la realidad o evidencia que la suposición era muy diferente a lo vivido, colocándolo verdaderamente en el lugar del otro.
Se descubren un sinnúmero y permanentes restricciones de participación, percibiendo la importancia y repercusión que la accesibilidad tiene para la vida diaria, en las situaciones más cotidianas y rutinarias de las personas. Desde abrir una puerta, entrar al baño o cruzar la calle la perspectiva nunca más será la misma.
Invitamos a todos aquellos profesionales o personas que tienen directamente relación con el diseño de los espacios a probar si el diseño proyectado funciona para todos. Utilicen una silla de ruedas y prueben la obra, venden sus ojos y comprueben si los espacios están libres de obstáculos, repasen si la iluminación y contrastes es la adecuada para personas de baja visión, prueben griferías y manillas de puertas con el puño cerrado, etc.
Es un ejercicio que obliga a pensar, sentir y percibir la universalidad del ser humano, y les permitirá entregar un entorno, producto o servicio de mayor calidad y más seguro para todos.