Diagnóstico a Calle Compañía | Plan Integral de Movilidad Santiago
El año 2014 se dio a conocer el Plan Integral de Movilidad – PIM para la comuna de Santiago, que define entre sus objetivos “un mapa de ruta para la construcción de la ciudad que queremos, con espacios públicos amigables y seguros para todos” y que involucra dentro de sus proyectos el “Plan Centro”.
El primer eje, ya ejecutado, corresponde a la Calle Compañía. “Queremos tener un centro menos congestionado, más grato de caminar y que la experiencia de los visitantes que vienen a pasear, comprar o trabajar, sea más positiva, más amigable”, señaló la alcaldesa Carolina Tohá durante el lanzamiento Plan Centro en agosto de 2014.
El Plan Centro incorpora dentro de las medidas, la ampliación de aceras, con mayores espacios de movilidad para los peatones para lo cual se estrecharán las calzadas. A petición de varios usuarios que recorrieron esta remodelación fuimos a visitar esta primera etapa ya entregada al uso público para evaluar las condiciones de accesibilidad, requisitos presentes en el documento PIM dado a conocer por la municipalidad.
El capítulo 6 del PIM se refiere a un “plan de accesibilidad y estándares mínimos de aplicación”, los que nos parecen de toda lógica, ya que diseñar bajo los principios de diseño universal garantiza el mejor resultado para todos los peatones, independiente de sus grados de movilidad, edad, habilidades, etc. El capítulo sobre accesibilidad universal está perfectamente bien desarrollado, lo que nos dio en su momento una garantía sobre la aplicación y ejecución en los proyectos que venían. Se consideran allí medidas de ruta accesible, cruces peatonales, pavimentos táctiles, bordes, zonas de parada de buses, mobiliario y equipamiento urbano, etc.
El objetivo de este análisis a Calle Compañía, además de comprobar los resultados de la implementación de los criterios accesibles es prevenir a futuras ejecuciones (especialmente San Antonio que ya estaría en proceso) y evitar algunos errores de diseño que nos parecen bastante graves, especialmente en la instalación de pavimentos táctiles y diseño de ruta accesible.
Guía táctil de avance
A nuestro parecer, el diseño en sobre relieve que se usa en Chile como guía de avance o direccionamiento es muy molesta para caminar sobre ella, de manera instintiva es evitada por las personas, lo que contribuye a disminuir el ancho útil de circulación en una vereda. La instalación de este elemento de accesibilidad ha sido muy deficiente (no solo en este caso en particular sino en todo el país) en cuanto a los requisitos de continuidad, itinerario, ubicación (de preferencia cercana a la línea de edificación), libre de obstáculos en al menos 40 cm a cada lado de la guía, etc.
Nuestra recomendación es seria y fundada: suspender la instalación de este elemento, mientras no se capacite a profesionales sobre cómo debe proyectarse, que condiciones son necesarias, la necesidad de un control estricto durante la instalación y repensar el diseño para hacerlo más cómodo. Esta línea es un código de lectura y la información que estamos enviando es del todo inútil. La baldosa de alerta en cambio es necesaria, cumpliendo su objetivo mientras se instale en lugares de riesgo o cambio de nivel.
La baldosa táctil se interrumpe permanentemente por elementos como postes de iluminación y señales de tránsito. Pierde además su patrón de ranuras guías con las tapas de cámaras de servicio provocando una permanente desorientación a las personas ciegas o de baja visión.
La referencia a este tema en el documento del Plan Integral de Movilidad (PIM) dice: (6.4.2) “Asimismo, en las vías peatonales y semi peatonales, se podrá incorporar pavimento podotáctil guía de avance seguro, para el cual se recomienda el uso de palmeta estriada en bajo relieve de 40 cm de ancho. El pavimento de guía de avance deberá ser lineal, continuo y estar ubicado siempre dentro de la ruta accesible.”
No se cumple ninguna referencia al respecto, es más, la instalación de la guía táctil de avance es, y dicho responsablemente, un total desastre.
Sumideros
A lo largo de la acera se observan sumideros de aguas lluvia con las rejillas ubicadas en igual sentido que la circulación peatonal. La orientación de las rejillas de sumideros debe ser perpendicular al sentido de la marcha. Son varios y conocidos los casos de atasques de ruedas de personas en silla de ruedas y caídas provocadas por estos elementos.
Cruces peatonales
Los cruces peatonales a nivel de la acera facilitan y favorecen la circulación peatonal (uno de los objetivos del Plan Santiago). Así se especifican en el documento PIM:“Se realizará un alzamiento de la calzada hasta el nivel de acera para permitir la continuidad del desplazamiento en el sentido peatonal. Los cruces deben incorporar pavimento podotáctil de alerta y no debe haber ningún elemento que obstaculice el desplazamiento…”
Los cruces están correctamente antecedidos por baldosa táctil de alerta (botones), condición imprescindible para alertar sobre el inicio de la zona de riesgo. Sin embargo resulta inentendible que la franja táctil de avance guíe a las personas a una zona fuera del sector delimitado para el cruce peatonal. El exceso de texturas presente en el área tampoco beneficia la lectura podotáctil de la zona de advertencia.
Otros cruces peatonales del eje (Bandera, Morandé, Ahumada y Estado) mantienen el adoquín en el área del cruce peatonal. Es sabido que el adoquín es un material considerado inaccesible por lo irregular de su superficie y las dificultades que presta a sillas de ruedas y adultos mayores. El punto 6.4.2 del PIM indica: “Deberá ser de pavimento liso, antideslizante y el encuentro con la calle podrá tener una diferencia máxima de nivel de 1 cm (idealmente cota cero)”
Accesos vehiculares en la vereda
Nos encontramos con dos accesos vehiculares que cruzan la vereda. Uno de ellos público y otro privado. En ambos casos se continuó la guía de avance cambiando a textura de alerta. En estricto rigor con esa figura estamos advirtiendo al auto sobre el “riesgo de ser embestido por un peatón”. La franja de avance debe mantenerse continua, y advertir al automóvil, con una demarcación tipo cebra dibujada en la vereda, sobre la precaución y preferencia peatonal. La alerta táctil de advertencia debe ser instalada perpendicularmente en todo el ancho de la vereda antes y después de la zona de cruce vehicular.
Bolardos o Pilotes
Los bolardos que separan la calzada de la acera son medias esferas de hormigón de 25 cm de altura aprox. y similar color a la superficie circundante. La baja altura y contraste no favorecen en nada la circulación segura de personas ciegas, baja visión o niños.
Al respecto leemos algo totalmente diferente a lo especificado en el PIM (6.4.3)“Considerando que no habrá diferencia de nivel entre acera y calzada, se implementarán bolardos de separación los que debiesen tener una altura de 90 a 110 cm, y diámetro mínimo de 20 cm espaciados a una distancia que posibilite abrir las puertas de un auto en caso de emergencia o bien para el transporte privado (taxis, colectivos). Deben ser de un color que se contrastante con el pavimento, y si es posible iluminados, o bien con alguna pintura foto lumínica o elemento similar que permitan su percepción cuando no hay luz natural. También se considera pavimento podotáctil de alerta en una franja de 60 cm dispuesto a eje de los bolardos.”
Otras situaciones observadas:
La vereda sur de Compañía tiene una guía táctil de avance que termina abruptamente metros antes del cruce con calle Morandé. Claramente esa vereda no debía llevar Guía (tal vez solo la vereda norte) ya que metros más allá, continuando después del cruce, se llega directamente al ingreso de los estacionamientos subterráneos ubicados en la Plaza de la Justicia. Da la impresión que no supieron por dónde seguir con la Guía y optaron por interrumpirla.
El mayor interés de este tipo de intervenciones debe ser ampliar y despejar superficie útil de vereda para favorecer un desplazamiento fluido y sin obstáculos. No debieran existir 2 líneas de elementos en la acera, los postes, grifos, árboles, pilotes, etc. deben alinearse en una sola franja para no restar espacio útil a la vereda.
Nos faltaron asientos… elementos siempre útiles, especialmente para adultos mayores o personas que requieren hacer una pausa cada ciertos metros de trayecto. Al menos cada dos cuadras debiera contemplarse un tipo de asiento (escaño o individuales) con apoya brazos. Todos agradeceremos alguna vez un asiento en el camino.
Y para terminar… el proceso de gestión posterior de accesibilidad y la necesaria vigilancia para evitar la instalación de propaganda o carteles sobre la guía táctil. Si no es posible mantener el orden debe deducirse que no podemos instalar guías táctiles que van a estar permanentemente obstaculizadas provocando más riesgo que beneficio.
Nuestro temor es que esto se repita en los 3 ejes restantes que faltan por ejecutar. Solicitamos, haciéndonos cargo de las críticas que compartimos en este artículo y a nombre de la sociedad civil de la que formamos parte, una revisión urgente a los proyectos pendientes. Los recursos técnicos están a la mano para mejorar estas situaciones, solo resta reconocer humildemente que siempre es posible revertir errores y hacerlo mejor.
**Posteriormente realizamos un diagnóstico al proyecto de la segunda etapa correspondiente a la Calle San Antonio, que comenzaba a ejecutarse a mediados de marzo de 2016.
Revisa en este link el pdf con el Diagnóstico Proyecto Eje San Antonio Santiago
Para más información sobre condiciones d eaccesibilidad en las vías peatonales d eespacios públicos revisa nuestra Ficha 2 | Vías peatonales accesibles